Cursar la maestría en BECENE fue una experiencia totalmente enriquecedora que sin duda me permitió crecer personal y profesionalmente. Además de desarrollar mis conocimientos pedagógicos y prepararme para afrontar los retos que día a día se presentan en el aula, a lo largo de mi formación también tuve la oportunidad de compartir mi experiencia docente con mis compañeras y observar su práctica, lo que, en conjunto contribuyó para abrir mi perspectiva respecto a conocer y crear diversas formas de mejorarla en beneficio del proceso de aprendizaje de nuestros alumnos, y con ello del proceso de enseñanza. La maestría me permitió ser más consciente de cada una de mis acciones como docente y analizar mi práctica desde una mirada más crítica y reflexiva. Si pudiera describir mi aprendizaje en una sola frase sería: “Aprende siempre y conviértete en la maestra que tus alumnos necesitan”.